Sufrir en relaciones matrimoniales y terapia conductual integradora de parejas (IBCT)
El sufrimiento en una relación matrimonial puede surgir por varias razones, que involucran aspectos emocionales, psicológicos e incluso físicos. Este sufrimiento a menudo está vinculado a las dificultades de comunicación, la falta de conexión e intimidad, las reacciones emocionales negativas muy intensas o incluso las luchas y conflictos constantes. Para comprender mejor esta situación, imaginemos la historia de la pareja ficticia Bruna y Luan.
Bruna y Luan han estado casados durante 12 años y tienen dos pequeñas hijas. Al comienzo de la relación, se sentían profundamente conectados y apasionados. Hubo conflictos en la vida cotidiana, pero los problemas se dejaron de lado o resuelto con conversaciones rápidas, en las que una de ellas era excusante, y la vida continuó. Sin embargo, a lo largo de los años y la llegada de las hijas, el tiempo que pasaron juntos comenzó a disminuir. La rutina se hizo cargo y el tiempo libre se dedicó a las tareas domésticas y al cuidado infantil.
Las conversaciones de Bruna y Luan se convirtieron más en lo que debía hacerse a diario y menos sobre los sentimientos y deseos de uno. Al final del día, ambos estaban agotados y el desapego físico y emocional creció. Los abrazos y las manifestaciones de afecto se hicieron raros, y la vida sexual se dejó de lado, alimentada por la sobrecarga de responsabilidades y el miedo al rechazo. Aunque ambos se dieron cuenta de la falta de intimidad, evitaron hablar de ello para no crear nuevos conflictos.
Con el tiempo, Bruna y Luan comenzaron a verse como socios para resolver problemas cotidianos que como pareja enamorada. Los sentimientos negativos de frustración, resentimiento y tristeza comenzaron a aumentar, lo que condujo a desacuerdos más frecuentes. Bruna se sintió sola cuando Luan se sintió devaluada. Con esta distancia entre ellos comenzaron a cuestionar el futuro de la relación.
Esta breve situación de Bruna y Luan muestra cómo la comunicación deficiente es uno de los factores que pueden conducir al sufrimiento en una relación. Cuando las parejas no pueden expresar sus sentimientos y necesidades de manera clara y respetuosa, se acumulan los malentendidos. Esto puede crear un ambiente de desconfianza y resentimiento, donde los desacuerdos menores se convierten en grandes conflictos, lo que dificulta desarrollar las características positivas de la relación.
La terapia integradora de comportamiento integrador (IBCT) ofrece un enfoque para tratar el sufrimiento matrimonial, combinando técnicas de modificación conductual con estrategias de aceptación. Enseña habilidades de comunicación saludable para que las personas puedan expresar sus sentimientos personales, necesidades y límites con claridad y asertividad. La escucha activa y la validación emocional son ejemplos de técnicas que ayudan a las parejas a escuchar y reconocer la perspectiva de los demás.
La terapia también se centra en interrumpir patrones destructivos como crítica constante, defensiva y desprecio. Con la práctica de nuevos comportamientos más positivos, tanto en las sesiones de la pareja como en la vida diaria, se crea un ambiente más amoroso y saludable para la relación.
Además de mejorar la comunicación, IBCT ayuda a las parejas a resolver problemas diarios prácticos. Se identifican áreas de conflicto específico, como tareas domésticas o crianza de los hijos, y el desarrollo de la estrategia para resolver estos problemas en colaboración. De esta manera, la pareja puede reducir el estrés y fortalecer la asociación.
Otro enfoque fundamental de IBCT es la aceptación de diferencias individuales. No todas las diferencias entre la pareja pueden resolverse, y aprender a lidiar con estas diferencias de una manera saludable es esencial. Esto no significa tolerar comportamientos dañinos, sino aceptar que algunas diferencias son parte de cualquier relación. Con esta aceptación, las parejas pueden reducir los sentimientos negativos y vivir con más comprensión, empatía y ligereza.
La terapia puede ser una forma efectiva de mejorar la comunicación, resolver conflictos y fortalecer el vínculo entre la pareja. Asistir en la construcción de una relación saludable que brinde satisfacción a ambos.