Ausencias Presentes
Ausencias presentes
Perder a alguien es una de las sensaciones dolorosas casi inevitables de la vida, lo atravesaremos en un momento u otro. No nos gusta contemplar esta idea, pero está ahí. Esperamos que el ciclo de vida se cumpla y sea "natural". Sin embargo, es inevitable enfrentar la realidad de la muerte y el fin. Y este encuentro a menudo es inevitablemente doloroso.
Muchos sentimientos pueden surgir al experimentar dolor, un sentimiento común, y que puede ser doloroso es la tristeza. La tristeza es muy importante en el proceso, ya que es un reconocimiento de la ausencia de esa persona y el afecto de la relación con él. Conocer esta importancia no hace que el proceso sea más fácil o menos doloroso. Tampoco nos enseña a seguir adelante y vivir la vida sin esa persona. Necesitamos tiempo para descubrir en nosotros mismos lo que se necesita para transformar la tristeza dolorosa del comienzo en una tristeza gentil que reconoce el amor que vivimos con esa persona. Otras veces, el tiempo no es suficiente, y nuestra vida parece estar al revés, y el dolor se prolonga y se convierte en un sufrimiento sin fin. No podemos alejarnos de esa ausencia, que siempre está presente. A veces, meses o años después, la ausencia está allí, tan presente como siempre, y esa tristeza sigue siendo solo dolor, lo que complica el duelo.
Los sufrimientos no necesitan estar tan presentes en nuestras vidas como el afecto que sentimos por aquellos que se fueron. Después de todo, no queremos que el amor se vaya. Poder vivir todos estos sentimientos para que puedan ser parte de nuestra historia, sin dañarnos, es uno de los objetivos del grupo de investigación sobre duelo complicado que desarrolla el núcleo de estudios sobre duelo: CEFI CORA.
Si desea saber más sobre esta forma de trabajo, comuníquese con nuestro servicio al cliente.
Por Guilherme Moritz
y Ana Maria Dall'Agnese