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Mujer: ¿Por qué todavía tenemos que parar para pensar?

La definición más simple de mujer: sustantivo femenino, humano femenino, según el diccionario. Definición simple? ¿Es realmente así de simple? Según la comediante y escritora estadounidense Sara Schaefer, "La mujer no es el patrón de punto de cruz". Después de todo, ¿qué es ser mujer? ¿Cuáles son las expectativas de las mujeres, qué despiertan en la familia y la sociedad?

Cuando nace un ser humano femenino, nace una niña que, con el tiempo, se convierte en adolescente y luego en mujer. Junto con él nace un nuevo espacio en la familia lleno de sueños, expectativas, miedos y ansiedades futuras. Pensamientos como lo que será cuando crezca, cómo será en la adolescencia, cómo será como madre, son ordinarios. Sin embargo, olvidamos que vivimos en constante transformación y que ciertas lógicas cambian gradualmente hasta que alcanzan nuevos significados.

Es natural como ser humano estar preparado para la maternidad. Pero como ser social, ¿alguna vez nos detenemos a pensar en lo que quieren las mujeres, cómo quieren y si quieren la maternidad? La cultura a la que pertenecemos ha naturalizado el matrimonio dentro de los paradigmas tradicionales que valoran los problemas de pertenencia a otro ser, las reglas de confinamiento y los requisitos. En este formato, todavía no hay espacio completo para que las relaciones se construyan y cuestionen. La mujer fue condenada como el centro familiar y responsable de todos los cuidados y el mantenimiento de los lazos en el núcleo familiar. Ahora hay un momento de posible claridad y discernimiento de ideas que habitan el universo femenino y familiar. Sin embargo, estos aún están lejos de ser vividos en la práctica. La maternidad parece notable en la conciencia femenina porque es natural para ella, y cuando está estructurada por los paradigmas del matrimonio tradicional termina estableciendo un papel social muy fuerte.

Sin embargo, es la idea de un pensamiento complejo lo que confronta a la maternidad con la forma actual de enfrentar una vida marcada por múltiples opciones. Las mujeres ocupan nuevos espacios como una forma de liberarse y mostrar sus diferentes capacidades y potencialidades en el mundo. Estar restringido al papel de ser hija, esposa, madre no es suficiente. ¡Tienes que ser y saber ser mujer! Y saber cómo ser mujer incluye quizás poner estos roles, madre y esposa, como proyectos de vida y no simplemente naturalizarlos. En un mundo en el que las relaciones cambian en cualquier momento, en el que el proceso de libertad individual pasa por experimentos de diferentes formatos de relaciones y configuraciones familiares, la posibilidad de elegir lo que uno quiere ser pasa por la noción de deseo de ser, esencial para tónico de la vida. ¡Es decir, querer!
Necesitamos dejar atrás y enterrar de una vez por todas los tiempos de prejuicio, violencia, boicots emocionales e ignorancia que marcan los nuestros ahora. La elección de las relaciones que se vivirán y cómo, así como si elegir o no la maternidad, y el desarrollo de una carrera profesional son responsabilidad de un individuo. Y es esta responsabilidad individual que cuando se toma a través de una decisión saludable, pacífica y consciente de cada ser humano, ya sea hombre o mujer, se refleja en el entorno social. Es el ser humano como individuo, y no solo como mujer u hombre, quien se convierte en el autor de su propio destino.

Texto: psicóloga Cláudia Simone Silveira dos Santos