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¿Por qué también tengo responsabilidad si mi hijo usa drogas?

¿Por qué también tengo responsabilidad si mi hijo consume drogas? Es común llegar a esta pregunta, oa esta resolución en un momento determinado de la terapia familiar en adicciones. Mi primera respuesta como terapeuta suele ser "así que ... mira ... no estamos hablando de culpa, estamos hablando de responsabilidad".

Generalmente, cuando recibimos a un paciente donde la demanda identificada es el uso de drogas, difícilmente estamos hablando de ese joven que fuma marihuana pero no ha tenido pérdidas escolares ni sociales, o ese otro que ha estado bebiendo demasiado hasta caer los fines de semana con sus amigos , comete algunos "fiascos" pero no ha tenido mayores consecuencias, aunque en muchos casos, cuando recopilamos el historial, encontramos un accidente automovilístico bajo el uso de sustancias, una posible pelea con agresiones físicas u otros hechos.

En la labor de psicoeducación de la familia, en tratamiento, buscamos concienciar sobre la corresponsabilidad familiar, y establecer este compromiso muchas veces requiere entender que ellos también fueron parte del camino trazado por la enfermedad. Como también digo en la oficina: la dependencia química tiene un camino, un proceso. Nadie pasa del primero a base de fondos escolares a un consumo diario que lleva a la pérdida de oportunidades laborales, de motivación para estudiar, para construir los próximos pasos de una vida. Nadie pasa de los primeros sorbos en una fiesta de adolescentes a la necesidad de beber en el almuerzo, o de beber dosis cada vez mayores para sentirse cómodo, relajado. La adicción ocurre en un continuo y día tras día tenemos personas a nuestro alrededor. Personas que podrían haber impuesto límites, requirieron posturas o adaptaciones que protegerían a estos pacientes identificados. Pero de nuevo, no se trata de culpa, todos tenemos derecho a no saber qué hacer. No es de extrañar que uno de los grupos de apoyo más grandes para familiares en dependencia química en Brasil se llame "Exigir amor". Este nombre habla especialmente del acto de contención familiar que a menudo es extremadamente demandado por el paciente antes de los años más difíciles de la enfermedad.

Por eso usamos el término corresponsabilidad para invitar a la familia a ser parte del "camino de regreso". Antes no sabíamos qué hacer, pero ahora que estamos aquí ya sabemos que es posible encontrar otras alternativas. Solo en este texto ya hemos presentado dos recursos de apoyo, terapia familiar y grupos de ayuda mutua.

El tratamiento de la dependencia química es un tema social construido junto con la familia, con los grupos y con los pacientes. Por tanto, el término corresponsabilidad exige aprender nuevas formas que nos ayuden a reconocer posibilidades de intervención y salidas para nuestros seres queridos y para nuestra comunidad en general.