Trabajar con la participación de todos los miembros involucrados en la vida diaria del drogadicto, promoviendo su resocialización, personal, emocional, familiar y de unión a través de las siguientes modalidades terapéuticas:
1) Evaluación psiquiátrica y seguimiento y terapia individual:
La dependencia química es una enfermedad crónica que trae sufrimiento, falta de armonía psíquica, que interfiere con el funcionamiento adaptativo y la participación social del individuo. Al diagnosticarlo, también se debe prestar atención a la aparición simultánea de otros síntomas y / o trastornos psíquicos, como trastornos del estado de ánimo, trastorno por déficit de atención e hiperactividad, deterioro cognitivo, trastornos impulsivos y síndromes de abstinencia, a medida que ocurren. en gran parte de drogadictos. Tratar estas comorbilidades es importante ya que reduce significativamente las recaídas y ayuda al proceso de recuperación.
2) Terapia de pareja y familia:
La familia constituye como fuente de socialización primaria, influyendo en la formación de la identidad de los sujetos. Podemos decir que, además de verse afectada por la adicción a las drogas, la familia puede estimularla, facilitarla e incluso perpetuarla. Aún más, los expertos entienden que los comportamientos de los adictos también enferman a sus familias. Por lo tanto, es necesario buscar relaciones curativas en las personas más cercanas. Destacamos el mecanismo de codependencia, que es una especie de obsesión familiar sobre el comportamiento y el bienestar del dependiente, convirtiéndose en el eje de la organización familiar. Esto necesita ser redefinido para evitar que la familia promueva inconscientemente la recaída del drogadicto. El tratamiento familiar proporciona cohesión y apoyo al adicto, disminuye la posibilidad de un mecanismo de negación, promueve una mejor adherencia al tratamiento y la familia aprende sobre la adicción y revisa sus propios comportamientos para fomentar su uso.
3) Seguimiento del Consultor de dependencia química:
Es un trabajo de gran impacto en la rehabilitación de drogadictos con respecto a ayudar a mejorar la calidad de vida, tanto en el área social. así como salud, ayudando en la efectividad de los programas de tratamiento. El Consultor lleva a cabo enfoques individuales y grupales que se centran en el tratamiento y la motivación del cambio, la prevención de recaídas, el fortalecimiento de la autoeficacia y la construcción de objetivos funcionales a corto, mediano y largo plazo.
4) Terapia grupal:
El trabajo grupal proporciona identificación entre los participantes, intercambio de experiencias, reflexiones, esperanzas. Se ofrecen grupos a drogadictos y sus familias. A través de las relaciones con otras personas con el mismo problema en el espacio terapéutico, existe un intercambio de dificultades y resolución de problemas, en un verdadero efecto de red.